Tuve Tus manos en las mías, Señor. Alto honor que pocos conocen. Toqué Tus pies y Tu peana, y te subí a las alturas ayudado por mis Hermanos del Silencio. Pero te faltaban las manos. Y tuve el honor de ser el encargado de cogerlas, limpiarlas, y dejarlas para que sujetaran de nuevo nuestra Cruz. Tu Cruz. Alto honor que pocos conocen, y que quien conoce guarda para sí como uno de los tesoros más preciados de su alma.
Tuve Tus manos en las mías, y mi mirada en tu mirada. En la intimidad de Tu casa con la llave que guarda San Bartolomé, y bajo la atenta mirada, dulce y compasiva, de los preciosos e infinitos ojos de Tu Madre. Las limpié como si fueran a deshacerse, las acaricié como si fueran las manos de mi propia madre, las miré con compasión, y con admiración de la genialidad que parió tus manos a base de labor de gubia de Ocampo.
Tuve Tus manos en las mías, y las mías temblaron, pero sin perder la firmeza para sujetar las tuyas y no dejarlas caer, que no las rozara el más mínimo rasguño. Con el cariño y la ternura del que coge un recién nacido en sus brazos. Como yo estoy recién nacido a Ti Y Tú, Señor, permaneciste callado, mirando mis manos sujetar las Tuyas, mirando Tus manos mecidas en las mías. Las manos que llevarán Tu cruz el viernes Santo, y las manos que anunciarán tu llegada bajo la túnica del Silencio.
Y no sé si lo hiciste con Tus manos, con Tu mirada, o con Tu Silencio. Si fue el cariño y la camaradería de los que estábamos a Tus pies, adornando Tu altar para rendirte Culto. Pero lo hiciste, hiciste que me fuera a casa con el espíritu saciado de bienestar. Que desee que llegue el día de tu Besapiés, para sentirme interiormente inmenso y presumir de haber sido yo, mientras Carmona besa Tus pies, el que besó y acarició, y sostuvo Tus manos. Y mis manos ahora sostienen mi alma. Y puedo mirarte con otros ojos, con los ojos de los pocos privilegiados que pudieron tocarte. Y puedo sentirme más cerca de Ti aún, porque yo, Señor, tuve Tus manos en las mías.
Fco. Luis Prieto Baeza
Gracias Juan por darme un huequecito en tu blog. Un Abrazo. Paco Prieto
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